31 Mayo, 2020
Hace apenas un año nos embarcamos en la aventura de abrir nuestro propio Estudio de Diseño y Arquitectura en Costa Rica. Después de muchos años trabajando en otras firmas de arquitectura, decidimos construir un espacio conectado a nuestro hogar y empezamos una oficina de diseño llamada Inverse Project. Todo empezó bien pero los eventos mundiales nos llevaron en una nueva dirección.
Cerca a nuestro primer aniversario enviamos a nuestro personal a trabajar desde sus casas debido al Coronavirus, algo que nunca nos hubiéramos imaginado. Ahora teníamos estaciones de trabajo vacías. Más o menos al mismo tiempo, nuestras hijas fueron enviadas a casa debido a la directiva por parte del Ministerio de Salud de Costa Rica. Esto fue a inicios de marzo. Prontamente tomaron residencia en nuestro estudio y, de la noche a la mañana, el estudio en casa nació.
A pesar de nuestras dudas, resulta ser que una oficina de arquitectura es un lugar grandioso para el aprendizaje. Originalmente habíamos diseñado el espacio como un esfuerzo abierto colaborativo y creativo que incluía componentes como áreas de modelado de maquetas, pizarras blancas magnéticas, sillas de ruedas, mucha luz natural y mucho espacio libre.
Estos se convirtieron en muy buenos ingredientes para el experimento de aprendizaje en casa. Todavía nos estamos adaptando, pero le ha servido muy bien a nuestras jóvenes estudiantes hasta ahora.
A pesar del potencial para distracción, nos permite echarle un ojo a las chicas (7 y 10 años). La escuela en línea y la necesidad de estar concentradas de 7:15 am a 2:45pm todos los días es un gran reto. Tenerlas cerca nos permite ayudarlas a mantenerse concentradas.
La variedad de posibilidades de trabajo en el espacio permite a las chicas moverse dependiendo de su estado de ánimo y actividad. Esta movilidad les permite estar más atentas y esta variedad de posibilidades les alivia hasta cierto punto la monotonía que viene con una sobredosis de Google Meet.
Durante el recreo les fomentamos que estén afuera. El techo del estudio está plantado con zacate como un jardín, por lo que se convierte en un espacio para relajarse, merendar, almorzar y tomar un poco de aire fresco. Como la casa está construida en una pendiente, construimos un patio que sirve como área de práctica de tenis, donde pueden tirar las bolas hacia una pared de concreto y trabajar en su coordinación entre mano y ojo.
Otros espacios en nuestra casa también les abren la posibilidad de escapar. Una hamaca en nuestra sala es uno de los favoritos.
A pesar de que nos hemos adaptado a estos tiempos y hemos utilizado el espacio para ayudarnos a sobrellevarlo, esperamos volver a la normalidad donde la escuela regresa a ser una experiencia inmersiva 3D con estudiantes y profesores reales.
Al ser testigo del increíble aguante y paciencia de los profesores, pienso que ellos también estarían felices con esto.
Algunas cosas que aprendimos:
Audífonos con micrófonos incorporados son esenciales en un espacio común y abierto.
Usen sillas con ruedas, a los niños les encanta moverse y jugar en ellas.
Permitan que se sienten y trabajen en el suelo de vez en cuando: es otra respuesta a la variedad que se necesita.
Tener una lámpara de escritorio con buena iluminación para que sus caras estén iluminadas. Entre más visibles estén, aumenta la posibilidad de que los(as) profesores y estudiantes tengan interacción con ellos.
Animen a los chicos a que pasen la mayor cantidad de tiempo posible afuera, con acceso a luz solar.
Por Richard Hammond
Arquitecto y cofundador de Inverse Project.
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